lunes, 26 de noviembre de 2007

Preguntas capciosas

crispar.

(Del lat. crispāre).

1. tr. Causar contracción repentina y pasajera en el tejido muscular o en cualquier otro de naturaleza contráctil. U. t. c. prnl.

2. tr. coloq. Irritar, exasperar. U. t. c. prnl.




¿Qué hay detrás del uso de la palabra crispación?
Más aún ¿puede existir la política sin que nadie se crispe?
¿Se busca, quizás, que el adversario calle a fin de no irritar?
¿Se trata de una cuestión de modales?
De ser así, ¿tiene eso tanta importancia como las propuestas? ¿Qué papel juegan las buenas maneras en la democracia? y en cualquier caso ¿no es el código penal el que marca los límites en lo que a libertad de expresión se refiere?

Si en política se enfrentan grupos con distintos planes y programas a realizar en el territorio español, en muchos aspectos incompatibles con los de otros grupos ¿cabe esperar que de tal confrontación surja la armonía?
Y si, en principio, sólo un partido puede gobernar, ¿es lícito esperar otra cosa que no sea un enfrentamiento en todos los frentes y con todos los medios posibles dentro de la legalidad (y aún fuera como en España bien sabemos)?

Conviene recordar que la lucha nunca cesa de manera definitiva, y cuando su intensidad es tan baja que así parece se debe a la existencia de un vencedor.

Y asimismo, ¿no es verdad que el pluralismo político es uno de los valores superiores de la Constitución Española de 1978? ¿Y quién pretende que del pluralismo salga la armonía y no la contradicción y el conflicto? ¿Quién incurre en tan flagrante error salvo un necio o una parte interesada en instrumentar tal creencia?
Y este pluralismo político, que no es sólo legítimo sino también criterio de legitimidad ¿no valida e incentiva a su vez la permanencia en la lucha política, aún cuando fuese para mantener tal pluralismo? ¿Acaso puede esperarse que un día exista la uniformidad?

¿Y no es razonable pensar que tal lucha generará irritación, exasperación, crispación... y que precisamente por ser conscientes de esto no debe llamar la atención, ni constituir un punto de interés, sino que es algo dado e irrelevante?

Por lo que toca repetirse ¿qué hay detrás del uso de la palabra crispación? ¿Qué táctica es esa que quiere desprestigiar la lucha y la contestación? ¿Cómo es posible objetar el ataque del adversario (no lo que el adversario pretenda, sino el mero hecho del ataque) salvo desde una hipocresía indecente?

Al hablar de política, la moderación y el exceso anidan en los planes y programas de los grupos. Esto es lo que cabe impugnar. Y es necesario que así se haga.

1 comentario:

Anónimo dijo...

http://debate-republicano.blogspot.com/

Un saludo